lunes, 28 de septiembre de 2009

El pasado día 13 de septiembre tuvimos la fiesta de la vendimia en la huerta "martínez-moreno". Estoy muy satisfecho con la cosecha de este año, todo ha ido sobre ruedas (como se suele decir). La uva estaba en muy buen estado y la cosecha ha superado con creces todas mis previsiones.

De nuevo este año he contado con la ayuda de la familia y quiero aprovechar la ocasión para darles las gracias por su ayuda. También he tenido que darles de comer y beber, aunque creo que no es pago suficiente para el esfuerzo que hacen al venir y compartir este día tan importante para mí. Gracias a todos.

Adjunto unas fotos del día de vendimia.


























jueves, 3 de septiembre de 2009

Fotos de la viña











Quiero daros a conocer mi viña. En estas fotos podeis descubrir la belleza de esta noble planta.
La pena es que tenga que cubrirla con una malla para evitar que los pájaros me diezmen la cosecha.

martes, 1 de septiembre de 2009

Pronto llegará la cosecha...


Las uvas, casi maduras, esperan pacientes el momento de la cosecha. Sufrirán estoicas el proceso de molturado y fermentación, con la esperanza de, algún día, convertirse en un buen vino y presidir la mesa.
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Negro tu fruto,
acompaña mi vida,
desata el sol.

lunes, 1 de diciembre de 2008

¿Dónde está el propietario de este blog?


Dicen que anda missing, perdido. Yo que puse todo mi empeño en ayudarle a poner en marcha este blog y ahora no publica ni una solitaria entrada. Así que su "santa esposa" como él suele llamarme, se ha colado por una esquinita y le está dando un toque de atención.

Espero que sirva esta reprimenda para que regrese al buen camino y siga aleccionándonos en el arte de hacer vino. Mientras tanto, yo seguiré degustándolo en las comidas, aunque es un poco "cabezón" y se sube rápido, os aseguro que está buenísimo.

Psssssssssss, no le digais que he estado por aquí.

martes, 11 de noviembre de 2008

Vendimias

Esta foto fue tomada el pasado 6 de octubre en Cuevas del Campo, pueblo que me vió nacer. Con la uva que se ve en la imagen obtenemos un clarete digno de probar y que año tras año estamos mejorando. Lo que más cuesta es convencer a mi padre sobre la conveniencia de hacer las cosas de otra manera. Él quiere hacer la vendiminia como siempre se ha realizado en el pueblo. Aunque ya he conseguido que confíe en mí, al ver que mi vino es agradable y quizás (solo quizás) pueda ser casi como el suyo.
Incluso este año, nos hemos atrevido con la uva de nuestra vecina Remedios, que tiene un parral muy frutero. La mujer tiene más de 90 años y no quería que las avispas acabaran con las uvas.
Cuevas del Campo posee algo extraordinario para el mundo del vino y no es otra cosa que las cuevas. Sí he dicho bien, esas casa-cuevas que mantienen durante todo el año la temperatura interior casi constante (entre 17-20 ºC). Ya quisieran muchos enólogos para sus bodegas unas construcciones que proporcionasen esas temperaturas sin sistemas de climatización. A esto lo llamo yo una construcción bioclimática. Quizás haya algún problema de humedad que se puede solucionar colocando una turbina de ventilación (con una renovación de 200 m3 sería suficiente).
La comarca de Baza es conocida por su vino del terreno o del país. Suele ser un vino fuerte, con mucha graduación y áspero. Más de un cueveño cuando llega el mes de octubre recoge las uvas de las parras que tiene entre los olivos y obtiene el vino para su propio consumo o "gasto" como se dice por allí. Algunos incluso se atreven a venderlo a los restaurantes de la zona para que estos lo ofrezcan a sus clientes, por ejemplo mi vecino José (el de Remedios).
En la foto se ve a mis hijos (Irene y Juanma) y a mi sobrina (Lucía), metidos en el "fregao" que tanto les gusta. Y a nosotros disfrutamos viéndolos. Pero no se preocupen los lectores que ellos no beben el vino que elaboramos. Aún no. Espero que cuando sean mayores se animen a seguir lo que su abuela Remedios y su abuelo Juan (el Peco) iniciaron hace muchos años.

domingo, 28 de septiembre de 2008

Cuestión de confianza

En 2001 compramos una huerta, en la rivera del río Víboras, para hacernos una piscina y así hacer más llevadero el veranillo, que en estas tierras aprieta lo suyo. La otra opción era comprar un apartamento en la playa, pero tras sopesar los pros y los contras, nos decantamos por la primera opción. Lo que primó más fue su cercanía y lo poco que me gusta a mí viajar los fines de semana.

Así que adquirido el terreno, yo quería hacer algo diferente a lo que había por la zona. Las huertas estaban casi invadidas por los olivos. Tanto es así, que incluso la nuestra tenía casi 60 plantas. También quedaban algunos vecinos que se dedicaban a la hortaliza y a los frutales. Principalmente melocotón, que está muy rico en esta zona.

Por aquella época, hubo que ayudar en casa de mis padres con la vendimia y de ahí surgió la idea. Durante el mes de enero de 2002 planté 50 cepas de la variedad tempranillo y 25 de la variedad cabernet-sauvignon.

En 2002, en la huerta hubo unas pocas uvas blancas de parras que ya estaban plantadas. Así que decidí probar con ellas, pero todo fue muy precipitado y salieron algo más de 20 litros de vinagre. Con estos antecedentes, toda mi familia pensaba que plantar 75 parras para hacer vino quizás no era la mejor idea. Os podéis imaginar como quedó mi reputación. Mucha guasa hubo en las reuniones familiares, que en nuestro caso son cada semana.

Por fin, llegó el mes de agosto de 2005 con una buena cosecha y con una calidad extraordinaria. Todo fue sobre ruedas. El día de la vendimia, me encontraba con la ayuda de mis sobrinos Iván y David. Hubo que cortar la uva y luego estrujarla con la máquina de forma manual. La familia seguía las tareas a distancia seguros de que el mosto de vinagre no pasaba.

Todo el trabajo de bodega lo hacía según me indicaba un libro que se titula “Cómo se hace un buen vino” del autor Leandro Ibar. Mi agradecimiento desde aquí a su aportación. Recomiendo este libro a todo aquel que quiera iniciarse en este mundillo.

Llegó el mes de marzo de 2006 y en una de las reuniones familiares dí a probar unas jarras de mi vino. Su aprobación fue unánime y desde entonces me miran con otros ojos, ya no soy ese chalado que le ha dado por hacer vinagre.

Incluso mi santa esposa, que hasta entonces me decía que con la inversión que estaba realizando podría comprar muchas-muchísimas botellas de Marqués de Cáceres (y no le faltaba razón), tuvo que reconocer que le gustaba mucho y hasta ahora me anima a seguir.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Día de vendimia


Hoy hemos tenido la fiesta de la vendimia. Gracias a la familia todo ha sido más fácil, aunque he tenido que invitarles a comer y no sé si compensa. Bueno, es broma.

Se iniciaron los trabajos a las 8h30' y se ha terminado de limpiar todo casi a las 13 h. Hemos tenido un contratiempo con el motor de la estrujadora y al final no ha habido más remedio que darle al manubrio. También se ha estrujado la uva de mi vecino de huerta, Julio (otro enamorado del arte de hacer vino). Vaya desde aquí un saludo a Julio y toda su familia.

Al finalizar la tarea, he abierto unas botellas de vino de anteriores cosechas y aunque no han comentado nada, imagino que les han gustado, pues no ha quedado nada de nada.

Quiero aprovechar para agradecer la ayuda prestada a mis cuñados (Rafa y Alfredo), a mi sobrino Iván (que es un buenazo), a mis hermanos (Juan y Vicente), a mis sobrinas (Laura, Lucía y Paula), a mi santa esposa Felisa y a mis diablillos (Irene y Juanma).

Tengo que reconocer que para mí es un honor que dediquen un poco de su tiempo libre a ayudarme para hacer la vendimia. Os preguntaréis porqué les hago la pelota, pues porque espero que me ayuden para las próximas vendimias.

Ha sido una cosecha muy pobre, pues todo ha venido en contra. El oidio ha causado estragos, aunque una tormenta en julio y los pájaros a última hora también han colaborado lo suyo. Espero que el próximo año sea mejor.
Ahora se inician los trabajos en la bodega: controlar densidades del mosto, temperaturas, remojar el sombrero, etc. Os mantendré informados.